Que vas hacer cuando seas grande?

A simple vista parece una pregunta inocente y trivial, donde están guardados los sueños que llevamos de niños y lo que anhelamos ser cuando seamos adultos. Desde pequeños imaginamos nuestro futuro ideal, pensamos en lo que nos gustaría convertirnos, llenos de ilusiones y esperanzas… algo a lo que a menudo renunciamos sin darnos cuenta.

Estrella de rock & roll, astronautas, médicos, policías, veterinarios, bomberos, o incluso jugador de video games profesional como he conocido últimamente muchas personas que lo desean. Algunos niños, los más acostumbrados a cuando se les pregunta, responden que de adulto lo que quieren es ser felices.

Durante esos años en nuestra cabeza sólo caben pensamientos libres, ideas sin barreras que nos inspiran… y a las que la mayoría acaba renunciando. Luego nos justificamos diciendo que eran “sueños de juventud” o que la vida “nos ha traído hasta donde estamos”, ya que muy poca gente realmente se atreve a perseguir sus sueños.

No hay receta para muchas cosas en la vida, entre ellas la felicidad. Nadie ha podido dar una definición única de felicidad y probablemente cada uno de nosotros tenemos una versión propia. Cierto?  El profesor inglés André Spicer y autor del libro The Wellness Syndrome señala lo siguiente: “Medir la felicidad es tan sencillo como tomarle la temperatura al alma o determinar el color exacto del amor”, asegura. Ósea, algo prácticamente imposible.

Pero esa inocente pregunta que titula el artículo es todavía más relevante si hablamos de negocios… porque la mayoría de la gente crea sus empresas sin haber reflexionado realmente sobre ello, sobre si crecer es la única opción. Sin saber a dónde quieren ir o que quieren conseguir. “Éxito”, dicen algunos… pero ¿qué es el éxito?: ¿Tener tiempo para vivir relajado o estar con la familia? ¿Ganar mucho de dinero? ¿Fama?

La pregunta no es poco relevante, y su respuesta debería interesarnos aún más, tanto en nuestra vida como en nuestros negocios. Si por ejemplo tu definición de éxito es “ser rico”, tienes que tomar una serie de decisiones completamente diferentes (a nivel de riesgo, de estrategia de crecimiento o de finanzas) que si “sólo” (¿sólo?) buscas ser feliz.

Si nuestro objetivo es crecer y ser ricos, seguramente debamos crear un modelo de negocio donde vender muchas unidades con poco margen, intensivo en capital, donde sea necesario buscar inversión, estar dispuestos a ceder el control… y llegado el caso incluso hacernos a un lado. Sin embargo si lo que buscamos es ser “felices” mientras cubrimos nuestras necesidades financieras seguramente debamos autofinanciarnos o hacer bootstrapping (término inglés, que significa comenzar algo con poco recursos), crecer a un ritmo más lento pero seguro, optar por modelos de negocio de pocos a muchos a la vez que disfrutamos creando/vendiendo un gran producto en el que creemos.

Pero tanto en un caso como en otro, lo primero es reflexionar sobre qué te motiva, para esto recordar que deseabas ser adulto, averiguar hasta donde llega tu ambición. Y para saberlo deberás explorar en tus motivaciones, en ese “algo” que te movía cuando eras niño… y lo más difícil, ser consecuente con ello. Y no te equivoques, tu trabajo actual o tu vida no son una condena perpetua, sino unas circunstancias temporales, que dependen de tus acciones y de tu voluntad… y que por tanto pueden ser cambiadas.

“Si no consigues tus sueños, puedes lograr muchas cosas en tu camino por conseguirlos”. – Randy Pausch

En la vida, nos encontraremos constantemente con muchos obstáculos en nuestro camino por llegar al éxito. Siempre habrá impedimentos que se cruzarán en nuestra vía, cuando de querer lograr nuestros sueños se trata. Sin embargo, la mayoría de dichos obstáculos estarán ahí por una razón, simplemente mucho más importante que detenernos. Y el verdadero motivo por el cual éstos obstáculos aparecen en nuestro camino, es para efectivamente mostrarnos, qué tan dispuestos estamos a dar de nosotros mismos para lograr lo que queremos.

Una buena manera de sortear dichos obstáculos y de aprender de ellos, es usar la creatividad.

No deberías permitir que nadie te limite cuando se trate de sacar a relucir toda tu creatividad. Si deseas pintar, hazlo, si deseas escribir ¡Escribe!. Que puedas dar rienda suelta a tu creatividad es una de las mejores maneras de estimular tu mente y de prepararte para pensar mucho más abiertamente y con alternativas a la hora de resolver problemas.

Es importante ser optimista, energético, curioso, y divertido muchas veces. Normalmente las personas que tienen una actitud con estas características, consiguen mejores cosas en la vida.

Parece que fuera casualidad que quienes precisamente hacen lo contrario siempre se lamentan de lo mal que viven, y efectivamente no cumplan sus sueños como quisieran. Pero una vez más, no es porque les ha ido mal, por lo que se quejan. Es por quejarse y renegar, que les va mal.

Nuestra actitud y disposición ante la vida determina cómo tomaremos nuestras decisiones, como llegaremos a actuar y a conseguir lo que queremos (o no). Y mucho más que una cuestión enteramente mental, es la manera como concebimos la realidad a través de nuestros ojos la que nos impulsa a actuar de cierto modo, y es dicha acción (con todos sus posibles matices) la que finalmente produce nuestros resultados.

Así que realmente vale la pena pensar en cómo estamos pensando y disponiéndonos hacia el mundo, y cómo efectivamente estamos tomando cargo de nuestras vidas. Así que no te quejes de “por donde te ha traído la vida” y toma el control. Y mira hacia atrás, a aquellos días en los que el futuro era brillante y querías ser astronauta… y recupera ése espíritu. Quizás no tenga sentido aquella idea original… o quizás sí. En cualquier caso está en tus manos.

 “Si no te gusta donde estás, ¡muévete!, que no eres un árbol” – Jim Rohn

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