Perdurar es un propósito fundamental todas las empresas. No es sobrevivir a una situación crítica concreta; perdurar es cuestión de décadas. Hoy en día sabemos que tendrán que superarse varias crisis, que habrá períodos de bonanza y que también viviremos momentos de incertidumbre, en los que el futuro generará angustia.
Consideremos lo que llevamos del siglo XXI; comenzamos con un período de bonanza de unos siete años, al que siguió una gran crisis de otros siete años. Después continuó un período de bonanza de unos cinco años, que acaba con una crisis concatenada (COVID-19, microcomponentes, energía, inflación...).
La incertidumbre
La cadena bonanza-crisis-bonanza se prolonga sin romper la continuidad. A la bonanza le sigue la crisis y viceversa. En últimos 25 años se vivió la crisis de 2006 a 2008, y desde 2009 a finales de 2011 una crisis financiera; en 2020 la pandemia (COVID-19); y en la actualidad, principalmente, la guerra de Ucrania e Israel y la inflación.
La incertidumbre en las organizaciones es un constante producto de la convivencia de múltiples escenarios económicos que intervienen en la gestión de una compañía con presencia internacional, los cambios en las corrientes políticas y los diversos momentos coyunturales que puede vivir, simultáneamente, un país u otro. Todos estos factores hacen que la incertidumbre crezca e influya en la operación del negocio. La diferencia entre una influencia positiva o negativa se da en la fijación de una estrategia sólida y a largo plazo.
En varios países de América es común que las empresas se encuentren en este tipo de situaciones, las cuales pueden afectar su estabilidad y permanencia en el tiempo, debido a que, en la mayoría de los casos, los altos ejecutivos no están acostumbrados o preparados para afrontar contextos tan cambiantes como los que se viven en la actualidad.
Los expertos en finanzas afirman que difícilmente los directivos pueden gestionar la incertidumbre de forma adecuada si no son capaces de relacionar los actos empresariales actuales con una visión a futuro.
Lo más importante que deben hacer las compañías, es tratar de prever la multiplicidad de escenarios que se puedan presentar ya que la incertidumbre siempre surge y se convierte en algo real y tangible; pero no deben quedarse ahí, puesto que siempre se debe tener un plan a largo plazo que responda a las necesidades particulares del momento.
De acuerdo con Steve Ingham, CEO global de PageGroup “cualquier organización que sea fuerte nunca debería tener una estrategia a corto plazo, esta idealmente no debería depender solo de contextos políticos como elecciones electorales; por el contrario, las empresas deberían tener un plan a largo plazo que responda a los objetivos que se quieren alcanzar. Lo realmente importante dentro de una organización es tener una estrategia robusta en el tiempo, que permita alcanzar el éxito empresarial”.
Cuando las empresas tienen la posibilidad de aplicar estrategias a largo plazo, la incertidumbre política o económica puede transformarse. Su existencia, incluso podría convertirse en una oportunidad para que los gerentes rediseñen sus estrategias, enfoquen sus recursos en los productos que generan rentabilidad y fortalezcan sus operaciones, centrándose en sus clientes.
Causas de la incertidumbre en las empresas
Las empresas se enfrentan a diario a nuevos retos que pueden traerles grandes beneficios o desventajas, según la forma en la cual los afronten.
Algunos de los factores que pueden influir en la aparición de estos imprevistos son:
Factores económicos: Las crisis económicas pueden sumergir a cualquier negocio en la quiebra. Cuando la economía mundial o de un país en concreto sucumbe a una recesión puede suponer un gran impacto para las organizaciones, obligando a que tengan que suprimir costes, despedir trabajadores… etc.
Factores que involucran a la salud pública: Como ya hemos visto durante el 2020, la aparición de una pandemia como la del COVID-19 supone un antes y después en la vida tal y como la concebíamos. Numerosas empresas se han visto afectadas por este problema que ha llevado al cierre a miles de negocios en todo el mundo, una consecuencia directa de la paralización de la economía mundial.
Cambios culturales o sociales: Los cambios en el comportamiento de los consumidores necesitan de una rápida adaptación para poder continuar satisfaciendo sus necesidades. Por ejemplo, una empresa que se dedique a la fabricación de teléfonos móviles no podrá utilizar tecnologías antiguas que le supongan una desventaja en el posicionamiento frente a sus competidores, necesitará evolucionar y adaptarse para poder ofrecer al consumidor lo que demande en cada momento.
¿Cómo reducir la incertidumbre empresarial?
Teniendo en cuenta que la incertidumbre siempre se presenta y que las empresas deben tener estrategias a largo plazo que respondan a estos contextos, tenga en cuenta estos consejos:
Tener fortaleza psicológica: resolver una situación de incertidumbre no solo depende de la capacitación o estudios que tengan los gerentes sino también de la actitud que se toma para resolver el laberinto de causas y consecuencias. Si bien el tratar de entender lo que pueda suceder es una situación de alto estrés, es fundamental que la motivación siempre se mantenga intacta y enfocada en las nuevas estrategias de cambio que se quieran alcanzar.
Esforzarse en el diagnóstico: es esencial reconocer cuál es el motivo que generó el contexto de incertidumbre y sus posibles consecuencias. Algunas empresas pueden tardar demasiado tiempo en resolver el qué hacer, simplemente por no saber cómo identificar las causas, siendo uno de los peores escenarios en que puede incurrir una mala gestión.
Encontrar los medios adecuados: en una situación de alta incertidumbre siempre hay una diversidad de opciones para salir ileso, no obstante, es fundamental que se tengan criterios éticos elevados para tomar las decisiones, ya que no se puede sacrificar el núcleo de la organización y su reputación.
Mantenerse firme en la decisión: es importante no perder el enfoque de la acción tomada, salvo que en el camino se encuentre una alternativa considerablemente más adecuada, lo cual es poco probable si se hizo el diagnóstico correcto y se evaluó bien las alternativas para resolver el problema.
Adicionalmente, es fundamental revisar periódicamente las políticas y lineamientos de la empresa y analizar las tendencias regulatorias y de los mercados, puesto que estas son los insumos clave para tomar las decisiones correctas a la hora de asegurar la estabilidad y crecimiento de la organización.
Los entornos VUCA
Bob Johansen, autor de “Los líderes hacen el futuro”, el entorno VUCA debe gestionarse, por contraposición, desde otro VUCA:
- Abordar la Volatilidad y la hiperconexión de variables con Visión de futuro.
- Afrontar la Incertidumbre (Uncertainty) con Entendimiento (Understanding), conocimiento, comprensión y empatía.
- Frente a la Complejidad, buscar la Claridad, simplicidad y sencillez en la ejecución.
- Superar la Ambigüedad con Agilidad. La capacidad de reacción ante los acontecimientos es más importante aún que la propia planificación.
Estas características del entorno generan grandes riesgos, pero también abren la puerta a grandes oportunidades, a formas distintas de hacer las cosas; en definitiva, a innovación en los modelos de negocio que, a su vez, realimentan la complejidad, la ambigüedad y la incertidumbre del entorno. Los factores de cambio no son exógenos al entorno; el cambio que conlleva es realmente endógeno, es el resultado de la innovación, sobre todo, en modelos de negocio.
“Los analfabetos del siglo XXI no serán los que no sepan leer ni escribir, sino los que no puedan aprender, desaprender y reaprender”, Alvin Toffler
Los gerentes de las empresas deberán manejar la incertidumbre empresarial en el entorno VUCA, será fundamental y poner a prueba las habilidades analíticas y mantenerse alerta en todo momento para estar prevenido ante los múltiples cambios que el futuro plantea, que cada vez serán más rápidos y con mayor frecuencia.
Caso de Éxito: Aplicación del Modelo VUCA en TechCorp
Contexto: TechCorp, una compañía líder en tecnología está enfrentando un mercado altamente volátil con la aparición de nuevas tecnologías disruptivas, competidores emergentes, cambios regulatorios y fluctuaciones económicas globales. La dirección está buscando cómo mantener la competitividad y el crecimiento en este entorno VUCA.
Volatilidad: Respuesta de TechCorp: La dirección fomenta un ambiente de innovación continua, donde los empleados están incentivados a experimentar con nuevas ideas y tecnologías. La adaptabilidad es una competencia clave en la cultura de la empresa.
Incertidumbre: Respuesta de TechCorp: Implementan un equipo de análisis de inteligencia de negocios dedicado a rastrear y prever tendencias emergentes y posibles amenazas. La compañía también invierte en programas de formación continua para mantener al personal actualizado.
Complejidad: Respuesta de TechCorp: La empresa ha desarrollado una misión y visión claras que guían todas las decisiones y acciones. Se promueve una cultura de colaboración interdepartamental y se invierte en tecnologías de comunicación para mantener a todos en la misma página.
Ambigüedad: Respuesta de TechCorp: La dirección se esfuerza en modelar resiliencia, tomando decisiones basadas en la mejor información disponible en ese momento, incluso si no es completa. Los líderes practican un liderazgo auténtico, siendo claros acerca de sus valores y consistentes en su comportamiento.
Resultado: Al aplicar estas estrategias VUCA, TechCorp ha logrado mantener una trayectoria de crecimiento y expansión, incluso en medio de turbulencias en el mercado. La dirección ha transformado los desafíos VUCA en oportunidades, llevando a la empresa a nuevos niveles de éxito, mientras fomenta una cultura de resiliencia, adaptabilidad, colaboración e innovación.
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